Way Of Choices - Chapter 689

Capítulo 689 - Un anuncio con una persona

Traducido por: Hypersheep325

Editado por: Michyrr

Como el ministro traidor más famoso, adulador adulador, funcionario despiadado y matón en los últimos años, tal vez en toda la historia, Zhou Tong no tenía amigos.

Su Li también solía decir que no tenía amigos, pero estas eran dos cosas diferentes.

Ya fueran sus compañeros de clase, colegas o incluso espíritus afines, todos querían nada más que que Zhou Tong muriera rápidamente, como un ejemplo de los príncipes que ahora tenían el poder en la Corte Imperial.

Si Zhou Tong realmente muriera, naturalmente no habría nadie para enterrar su cuerpo.

De hecho, una vez tuvo un amigo que estaba dispuesto a enterrar su cuerpo.

Fue una pena que este amigo haya sido asesinado personalmente por él y casi le negaron el entierro.

Por lo tanto, en este día de otoño, el futuro lejano ya era visible: Zhou Tong seguramente moriría sin un lugar de sepultura.

No tenía forma de culpar a otras personas o a este mundo, ya que todo esto había sido creado por sus manos.

A partir de este momento, viviría con inquietud, frustración y duda, sin siquiera ver el más mínimo atisbo de esperanza, hasta que finalmente murió sin un lugar de sepultura.

La pregunta de Chen Changsheng no fue una maldición, sino un análisis sensato, una exposición tranquila de los hechos.

Esto fue aterrador.

La escena se volvió anormalmente silenciosa. Nadie habló durante mucho tiempo, ni los funcionarios del Departamento de Depuración de Oficiales ni los estudiantes de la Academia Ortodoxa.

En este momento, la única persona capaz de romper este silencio fue el propio Zhou Tong.

Miró a Chen Changsheng y dijo con extrema solemnidad y seriedad: "El estimado maestro del Dao naturalmente cuidará de mi cuerpo después de que me haya ido".

En este corto período de tiempo, esto fue lo único que se le ocurrió que tenía la oportunidad de romper la conclusión de Chen Changsheng.

Él era actualmente el perro de Shang Xingzhou. Después de su muerte, el maestro seguramente tendría al menos algún sentido de compasión.

Chen Changsheng lo miró y le dijo: "Lo entiendo más que a ti. Para él, cada cadáver tiene sus usos. Si un perro que había criado murió, podría comer su carne para alimentarse, o dividirla entre la gente del para ganar un poco de reputación. Si el perro alguna vez mordió a alguien antes, no le importaría quemar sus huesos hasta convertirlos en cenizas para permitir que aquellos que todavía viven desahoguen su ira ".

Zhou Tong se sintió algo frío, y luego algo candente, comenzando a sudar dentro de la bata de su oficial color sangre.

"Todos deben morir", le dijo a Chen Changsheng.

Chen Changsheng sabía que Zhou Tong estaba hablando del Papa.

Zhou Tong lo siguió de inmediato, "Entonces, ¿alguna vez pensaste en quién enterraría tu cuerpo cuando llegara el momento?"

Sin esperar una respuesta, miró fijamente a Chen Changsheng a los ojos y gritó: "¡No lo olvides, solo eres un juguete de los poderosos, nada más que una herramienta!"

A partir de "El estimado maestro del Dao naturalmente cuidará de mi cuerpo después de que me haya ido" y al continuar con estas tres declaraciones consecutivas, él realmente había estado hablando una sola pregunta.

La pregunta de Chen Changsheng había tocado el punto más débil de Zhou Tong, y comenzó a sentirse incómodo, incluso algo temeroso.

Chen Changsheng respondió: "No sé quién me enterrará. Solo sé que antes de morir definitivamente te mataré".

Había silencio. Ni siquiera los pájaros gritaron. Dentro y fuera de la finca Xue, solo se escuchaba el susurro de la brisa otoñal.

Esto tampoco era una amenaza, ya que cuando hizo esta declaración, su expresión fue muy tranquila.

Por supuesto, tampoco estaba bromeando, ya que no se veía ni una sonrisa en su rostro. Fue una declaración muy seria.

Este fue un anuncio.

Chen Changsheng estaba anunciando al mundo: No importa qué, Zhou Tong seguramente morirá antes que yo.

Zhou Tong moriría de muerte violenta.

Fue además de la pregunta anterior.

Y su declaración fue que ciertamente haría que Zhou Tong muera sin un lugar de sepultura.

......

......

Una quietud mortal se apoderó de la finca Xue.

Los funcionarios del Departamento de Depuración de Oficiales tenían expresiones anormalmente feas, mientras que los estudiantes de la Academia Ortodoxa estaban bastante nerviosos.

No importa qué, Zhou Tong era un poderoso ministro de la corte. Ni siquiera el Papa o el Emperador harían tal anuncio.

ChenEl hecho de que Changsheng haya hecho tal anuncio podría haberle permitido expresar sus emociones, pero ¿qué clase de confusión invitaría?

Para él, esto no fue un problema. No quería usar este anuncio para expresar su enojo. Él había declarado sus pensamientos con mucha calma y fríamente. En cuanto a lo que otras personas pensaban, no le importaba mucho.

Después de decir estas palabras, caminó hacia Madame Xue.

En cuanto a la señorita y el mayordomo de la finca Xue que habían sido capturados por los oficiales, naturalmente habían sido rescatados.

Zhou Tong miró a su espalda y sin emoción preguntó: "¿Me puedes matar?"

Chen Changsheng no se detuvo ni se dio vuelta. "Esa noche, ya te maté una vez".

"¿Acaso piensas que inspiras admiración por tu devoción a la justicia? ¿Que estas palabras sin sentido tienen peso y poder?" Siguiendo tu corazón ", ¿cuántas veces estás preparado para repetir esa vieja y cansada frase?"

Zhou Tong terminó, "Nadie pensará lo mismo que tú, así como nadie vendrá a este lugar".

......

......

Los hechos probaron que Zhou Tong era incorrecto.

No mucho después de que Chen Changsheng llegara, el Xue Estate le dio la bienvenida a otro invitado.

Esta persona tenía un estado muy especial sobre el cual ni siquiera Zhou Tong tenía ningún poder. Al mismo tiempo, su visita fue muy sorprendente.

El personaje importante que había venido a presentar sus respetos a Xue Xingchuan era el Príncipe de Zhongshan, Chen Sixuan.

Este era un príncipe que había sufrido innumerables humillaciones a manos del gobierno de Tianhai. Naturalmente, no tenía buenos sentimientos hacia Chen Changsheng, pero este era aún más el caso de Zhou Tong.

Encendió una vara de incienso para Xue Xingchuan, miró a Chen Changsheng y luego escupió todo el rostro de Zhou Tong.

Poco después, llegó el Ministro de Ritos, seguido por varias figuras importantes de la ortodoxia, y finalmente llegó Tianhai Shengxue.

Mucha gente notó que había una leve herida en la cara de Tianhai Shengxue, muy probablemente como resultado del conflicto que surgió cuando se estaba preparando para abandonar la propiedad antes.

Todos los personajes importantes que aparecieron en Xue Estate fueron otra bofetada a la cara de Zhou Tong.

No importa cuánto Zhou Tong pueda soportarlo, no podría seguir quedándose aquí.

Justo cuando se iba, vio al príncipe Chen Liu.

"Si yo fuera tú, sin duda rezaría en silencio para que Chen Changsheng ascendiera sin problemas al asiento del Papa".

El Príncipe Chen Liu aconsejó seriamente: "De lo contrario, definitivamente hará que esas palabras se hagan realidad".

En el pasado, en la Avenida divina del Palacio de Li, el Arzobispo Mei Lisha había anunciado al mundo entero que Chen Changsheng ocuparía el primer rango de la primera pancarta en el Gran Examen. Al final, Chen Changsheng realmente logró hacerlo.

Hoy, frente a la sala funeraria de Xue Estate, Chen Changsheng había anunciado al mundo entero que seguramente haría que Zhou Tong muriera sin un lugar de sepultura ...

"Hay muchas personas que quieren matarme, pero todavía estoy vivo después de tantos años. ¿Por qué?"

Zhou Tong se rió, su sonrisa bastante siniestra. "Porque nunca me he considerado un ser humano. Siempre supe que soy solo un perro".

Los perros tenían maestros.

Golpear a un perro era golpear a su amo.

Y siempre había sido un perro que fue capaz de encontrar al maestro más fuerte.

"Esos jóvenes enloquecidos y de sangre caliente a los que sus mentes han purgado la inteligencia por su juventud siempre han querido matarme en los últimos años, pero ¿fueron capaces de hacerlo?

"En cuanto a las personas que tienen la capacidad de matarme, ¿podrían estar tan ciegos que no pueden ver quién es mi maestro?

"Chen Changsheng puede hablar todo lo que quiera, pero todavía no se atreverá a atacarme. ¿Estoy equivocado?"

Zhou Tong sonrió, el aura siniestra en su sonrisa gradualmente se transformó en ridículo y agotamiento, tanto para este mundo como para él.

Dijo la verdad, ya que él mismo era un experto en el cultivo en el nivel superior de la Condensación Estelar, mientras que a su comando había incontables asesinos y expertos. Los que pudieron matarlo tuvieron que ser verdaderos expertos del continente. Y los verdaderos expertos nunca habían sido almas solitarias. Tenían sus propias sectas, familias, discípulos, muchas personas que necesitaban cuidar. Un ejemplo de esto fue Zhu Luo. Como experto en el Dominio divino, matar a Zhou Tong no sería una tarea demasiado difícil, pero en los últimos años, nunca había intentado esta hazaña.

Aquellos jóvenes y lo suficientemente valientes como para venir y matar a Zhou Tong no tenían la capacidad de hacerlo.

Aquellos que tenían la habilidad ciertamente fueron experimentados y resistidos por las pruebas del tiempo, maduraronnd compuesto. Conocían el principio de tener en cuenta el panorama general.

Había muy pocas personas como Chen Changsheng.

E incluso él no podía tocar a Zhou Tong si tenía planes de sentarse en el trono del Papa.

En opinión de Zhou Tong, este anuncio fue solo las palabras viciosas de un joven.

Además de Chen Changsheng, ¿quién más podría haber?

Aquellos que tenían la habilidad de matarlo nunca serían tan ingenuos e infantiles.

Por lo tanto, él siempre estaba a salvo.

En este momento, un gran carruaje que transportaba un árbol de manzano entró a la capital.

Las raíces de este árbol de manzano se habían conservado muy bien, envueltas en el suelo más fresco.

La caballería revestida de rojo acompañó sus látigos de caballo para ahuyentar a los peatones mientras maldecían en ese momento.

En el lado de la carretera oficial, un hombre estaba mirando tranquilamente estas escenas en silencio.

Su ropa azul había sido lavada hasta que comenzara a desvanecerse, almidonada hasta que se volvieron muy inflexibles.

Sus dos cejas se inclinaron hacia abajo, haciéndolo parecer un poco pobre.

Parecía un contador al que le habían deducido gran parte de su salario.

Y también como una cuchilla desgastada envuelta en tela áspera.