Way Of Choices - Chapter 1033

Capítulo 1033 - El Espejo de Bronce se Rompe, las Salidas Daoístas

Traducido por: Hypersheep325

Editado por: Michyrr

La luz se originó a partir de un bello e impresionante y hermoso mazo de luz.

Este mortero se sostuvo en una mano firme y aterradora.

Esta mano pertenecía al Ángel que había salido de la luz brumosa.

Este Ángel de la Luz Sagrada gobernó la guerra y Bie Yanghong lo llamó Anger's Flame. Sus ojos de emoción inhumana rebosaban violencia y un deseo de matar.

A sus ojos, estos expertos humanos no eran más que hormigas.

Que hubiera estado en manos de estas hormigas durante tanto tiempo fue una humillación que no pudo soportar.

Para purgar esta humillación, había decidido matar a todos alrededor de este patio. No, todos en esta ciudad entera.

La luz líquida aparentemente sólida salpicó el cielo circundante a su voluntad, llevando consigo un poder inimaginable.

Cualquier ser viviente que tocara esta luz líquida se enfriaría, perdiendo tanto su aliento como su alma.

Ya se trate de los pájaros en el cielo o las flores y los árboles que crecen a lo largo del arroyo fuera del patio.

La luz dorada se derramó sobre el conjunto del Li Palace, e innumerables relámpagos iluminaron la oscuridad, trayendo consigo el sonido retumbante del trueno y los ataques poderosos.

La Piedra Estrella fugaz estaba girando rápidamente, pero el pasaje negro se hacía más pequeño. The Gloom Willow apareció moteado y todos los tesoros comenzaron a suprimirse.

El Ángel vio que esas hormigas seguían luchando, y la brutalidad en sus ojos se hizo más profunda. Dejó escapar un aullido con el deseo de matar.

El aullido descendió sobre el suelo, produciendo un vendaval masivo que hizo estallar los tímpanos de muchos sacerdotes, e incluso dejó inconscientes a algunos de los más débiles.

Finalmente, el tarro de porcelana se rompió por completo, rompiendo el fragmento por fragmentos, justo como el cielo azul apareciendo repentinamente sobre la cabeza de todos.

The Falling Star Stone, the Gloom Willow y los otros tesoros volvieron a manos de los Prefectos.

El gran conjunto del Li Palace se rompió, y como los que lo mantienen, sufrieron la mayor reacción negativa. Inmediatamente palidecieron cuando olas gigantes rugieron en sus mares de conciencia.

Tang Treinta y seis, como pivote de la matriz, sufrió el mayor daño. Vomitó sangre y se tambaleó, su mano casi perdió su control sobre el Bastón divino.

La chica que compra cosméticos se apresuró a volver a su lado y lo estabilizó mientras los otros expertos del clan Tang lo rodeaban.

El ciego cítara se puso en pie con ardor, sus dedos cubiertos de sangre agitaban temblorosamente las cuerdas de cítara, emitiendo notas apagadas.

La oscuridad se extendió desde el patio. No afectado por las notas de la cítara, rápidamente llegó a la puerta.

El Señor Demonio salió de la oscuridad.

Él sostuvo una mano de mortero de piedra en su mano. No parecía tener nada de especial, pero parecía atraer mágicamente la atención de todos.

El Ángel también emergió de la oscuridad, pero estaba más alto en el cielo, sobre todos.

La luz que caía del cielo no alejaba la oscuridad, sino que seguía la oscuridad al envolver el patio y sus alrededores.

Todos sintieron una presión inimaginable y sus rostros palidecieron rápidamente.

Varios cientos de sacerdotes se obligaron a soportar el dolor mientras sus mares de conciencia se sacudían. Bajaron sus cabezas y comenzaron a recitar las escrituras.

Las piadosas voces de recitación resonaban alrededor del patio, resistiendo la presión de la luz y, naturalmente, añadiendo un toque de tragedia a la escena.

Linghai Zhiwang, An Lin y los otros Prefectos llegaron a la puerta principal del patio y miraron al Señor Demonio.

Sabían que si querían sobrevivir hoy, su única posibilidad era matar al Señor de los Demonios antes de que el Ángel pudiera atacar.

Pero, ¿el Ángel les daría esta oportunidad?

"No tenía intención de usar este método para matarlos a todos ustedes".

El Señor Demonio suspiró tristemente. "Por desgracia, ninguno de ustedes me dio otra opción".

El ciego jugador de cítaras permaneció en silencio, la expresión de Linghai Zhiwang parpadeó, y Tang Treinta y Seis agarró con fuerza el Bastón divino.

Podían escuchar que el Señor de los Demonios estaba diciendo la verdad.

......

......

Dos Ángeles de la Luz Sagrada, separados por un centenar de li, aparecieron en el cielo al mismo tiempo.

Las dos orillas del Río Rojo, ya sea en las montañas o en la ciudad de piedra, estaban completamente envueltas en luz.

Esta luz contenía una presión monstruosay anunció que un ser poderoso de otro mundo estaba descendiendo.

Al ser testigos de esta visión y sentir la presión divina de esa luz, se asustó a la gente de White Emperor City. Mucha gente simplemente se sentó en el suelo por miedo, e incluso el guerrero semi-humano más valiente palideció, incapaz de invocar siquiera una pizca de coraje.

Los personajes semihumanos que habían ingresado a la Ciudad Imperial, como Jin Yulu, Xiaode, el líder del clan Shi y el líder de la tribu Bear, también vieron a esos dos esos dos Ángeles en el cielo. Todavía estaban de pie, sin caerse asustados, pero tenían expresiones extremadamente desagradables.

La plataforma de observación permaneció en silencio. El Emperador Blanco podría estar luchando contra Madam Mu, entonces ¿quién manejaría a estos dos Ángeles?

Estos dos ángeles eran oponentes que no podían vencer, lo que los hizo extremadamente furiosos y reacios.

"Estoy muy triste".

Jin Yulu tomó un hacha masiva del cinturón del líder de la tribu Bear y se volvió hacia Xiaode. "Tú me tiras al cielo". Quiero intentar y cortarles la cabeza ''.

Era el más viejo y más poderoso de los presentes, por lo que nadie se opuso.

Los otros expertos semihumanos también fueron muy infelices.

Xiaode dijo fríamente: "Planeo montar un buitre negro allí arriba y ver si puedo clavar mi espada en ese tipo".

El líder de la tribu Bear dijo, '' Entonces lanzaré ''.

Jin Yulu estuvo de acuerdo y señaló al Ángel sobre White Emperor City. ''Tomaré esta.''

Xiaode señaló al Ángel sobre las montañas en la orilla opuesta. '' Entonces tomaré este ''.

......

......

La infelicidad de los expertos semihumanos proviene principalmente de las actitudes de estos dos Ángeles.

Estos dos Angel eran demasiado apáticos. A pesar de que sintieron el poderoso intento de lucha de los expertos semihumanos, sus expresiones aún no cambiaron.

Era como si todos los expertos de esta ciudad, tal vez todos los expertos de este continente, no fueran más que hormigas.

Y aquellas personas con caras de miedo que probablemente colapsarían si no fuera por la densidad de la multitud eran aún más dignas de ser llamadas hormigas.

La gran mayoría del populacho de la población había salido a las calles y huía a las colinas o miraba con miedo al cielo.

La posada en la calle ya estaba vacía. Un gato callejero entró sigilosamente a la cocina, con la esperanza de robar un poco de carne recién hecha.

Una pequeña grieta salió de una habitación en el segundo piso, como un espejo que se había caído y roto.

El gato callejero que acababa de saltar sobre la estufa se sobresaltó. Con un maullido, huyó por la ventana y desapareció.

La multitud estaba mirando al cielo, sin darse cuenta del ruido en la posada o de lo que había ocurrido dentro.

Después de unos momentos, un taoísta vestido de azul salió de la posada.

El taoísta tenía ojos tranquilos y profundos y una cabeza de pelo negro sin el más mínimo tinte de escarcha. Caminaba con una facilidad indescriptible, pero un arco de su frente tenía una nobleza amenazante.

Por su apariencia, apareció alrededor de los veinte. Por su comportamiento, tenía al menos doscientos años y había pasado esos años en las cortes reales. Si uno lo miraba a los ojos, no sería absurdo decir que había vivido mil años. Por supuesto, pasaron estos años atravesando el inframundo.

Nadie notó a este taoísta vestido de azul.

Caminó hacia la multitud, mirando al cielo como el resto de los semihumanos, mirando a esos dos Ángeles de Luz Sagrada.

Los ojos de los semihumanos estaban llenos de miedo, desesperación e incluso algo de locura.

No había emoción en los ojos de este taoista, solo apatía. Era como si estuviera mirando a los muertos.