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The Devil’s Cage - Chapter 4

Capítulo 4: Disparos

Traductor: Dess Editor: Efydatia

Un paquete de cigarrillos medio vacío cayó en las manos de Kieran.

[Nombre: Cigarrillos]

[Tipo: Varios]

[Rarity: Common]

[Atributo: tiene un pequeño efecto sobre el miedo y la ansiedad.]

[Efecto: ninguno]

[Capaz de sacar de la mazmorra: Sí]

[Observación: ante el verdadero miedo o pánico, ¡es mejor que nada!]

Junto al paquete de cigarrillos, también había otro encendedor. La apariencia y los detalles del encendedor recién encontrado eran exactamente los mismos que los anteriores que Kieran había adquirido.

Mirando los cigarrillos en sus manos, Kieran los puso en el bolsillo de su camisa junto con el nuevo encendedor.

Él no era un fumador.

Primero, por su salud, y segundo porque gracias a sus problemas financieros no podía permitirse estarlo.

Su enfermedad genética y el hecho de que un paquete de cigarrillos cuesta tanto como dos comidas en el mundo real, fueron suficientes para mantenerlo a distancia.

Sin embargo, dentro del juego, no le importaría fumar.

Por supuesto, ahora no era el momento.

Kieran se inclinó y buscó el cuerpo cuidadosamente una vez más. Cuando se aseguró de que no había otros objetos de valor para obtener, se fue.

Ya era de noche, y Kieran no quería quedarse en una casa que atrajera tanta atención, esperando que los matones vinieran y atacaran.

Necesitaba encontrar un lugar más aislado y seguro para esconderse y pensar en cuál sería su siguiente movimiento.

Después de caminar por el pasillo vacío y la sala de estar, Kieran se detuvo junto a la puerta que conducía afuera. Echó un vistazo, con la cabeza inclinada e inspeccionando lo que lo estaba esperando allí.

Todo lo que pudo ver fueron edificios caídos, escombros y piedras esparcidas por todas partes.

Parecían ruinas abandonadas.

Kieran evaluó el lugar en su cabeza.

Después de confirmar que no había nadie cerca, se agachó hacia adelante, dejando la casa y dando pequeños pasos afuera.

Pronto llegó a una pared demolida.

Parecía ser el muro de contención de un edificio o una casa. A juzgar por su longitud, debe haber sido un edificio alto de al menos tres pisos. Todo lo que quedaba ahora era un muro derribado, la altura de un niño, algunas piedras, ladrillos y algunas piezas de madera vieja.

Kieran permaneció bajo su sombra e inspeccionó su entorno.

Todo podría haber quedado en ruinas, pero a juzgar por la ubicación y la estructura del edificio, Kieran llegó a la conclusión de que se trataba de un área residencial, y de una zona rica y de alto nivel.

En una zona residencial como esta, debe haber alcantarillas, un sistema de drenaje, tal vez incluso algún tipo de espacio subterráneo.

Esa fue una buena noticia para Kieran, porque significaba que no necesitaría enfrentar a ningún otro superviviente por el momento.

Dado el hecho de que cualquier superviviente podría ser un matón, Kieran pensó que sería mejor evitarlos el mayor tiempo posible.

Él se encorvó y continuó avanzando.

Estaba buscando la entrada a las alcantarillas y, a través de ellas, al subsuelo que estaba seguro que existía.

La búsqueda duró unos treinta minutos, y durante ese tiempo Kieran logró encontrar dos entradas de aguas residuales.

La mala noticia fue que el primero fue enterrado bajo una pila de escombros. Aunque podía ver claramente la entrada, todavía estaba bloqueada e imposible de abrir y meter dentro.

Para hacer eso, no solo necesitaría limpiar todos los desechos que yacen sobre él, sino que también tendría que hacerlo en un silencio total.

Cualquier ruido solo atraería a otros sobrevivientes y matones, que vendrían a buscarlo.

Pudo ver al menos dos hombres armados patrullando alrededor de esa área.

Aún no lo habían visto, y no tenía intención de atraer su atención y enfrentarse a los dos.

Kieran se escondió cuidadosamente de los patrulleros, y esperó a que se fueran para poder continuar su búsqueda.

Continuando con esto, finalmente llegó a la segunda entrada de aguas residuales, solo para descubrir que también presentaba el mismo problema que el primero.

Más que eso, surgió otro problema que era incluso más grande que el primero.

Kieran se encontró con dos peón omicron que se enfrentaban.

Uno de ellos sostenía un palo de madera, mientras que el otro sostenía una varilla de acero con una masa de concreto en su extremo.

La entrada de aguas residuales que Kieran había localizado estaba entre los dos.

Parecía que su repentina apar Read more ...