Capítulo 867 - Parte de una vista que otros solo pueden ver desde una distancia
Traducido por: Hypersheep325
Editado por: Michyrr
La gente de la ciudad de Fengyang continuó arrodillada a ambos lados de la calle, una multitud densa y silenciosa.
"Dispersar. Supongo que todos tienen muchas cosas que hacer para ganarse la vida", dijo Chen Changsheng.
Después de pasar por ese pequeño pueblo en la base del Monte Han, había adquirido experiencia en aceptar la postración de las masas, pero aún no estaba acostumbrado a eso.
Para decirlo de otra manera, "desacostumbrado" significaba tímido o tímido, por lo que su voz era algo suave, lo que hacía imposible que muchas personas escucharan.
"¡Desplácese rápidamente! Aquellos que necesitan abrir sus negocios deberían abrir sus negocios, los que necesitan ir a trabajar deberían ir a trabajar, y los que necesitan ir a la escuela deberían ir a la escuela".
Tang Treinta y seis gritó a la multitud.
Su voz era muy fuerte, su expresión natural. Era como si él fuera el Papa.
Naturalmente, nadie lo escuchó.
Muy rápidamente, el magistrado del condado de Fengyang ordenó a sus tropas mantener el orden.
La gente que se alineaba en las calles se levantó pero no se fue. Miraron a Chen Changsheng, sus caras mostraban todo tipo de emociones: respeto, piedad, pasión, emoción y muchas más.
Para la gente de esta remota ciudad, esta era probablemente la única oportunidad que tendrían de ver personalmente al Papa, entonces, ¿cómo podían irse tan fácilmente?
Los sacerdotes de la iglesia de la ciudad de Fengyang también se apresuraron, pero no eran muy diferentes de los creyentes ordinarios. Al ver a Chen Changsheng, se pusieron tan nerviosos que no podían hablar. Sus túnicas taoístas instantáneamente se empaparon en sudor y sus piernas se volvieron aún más suaves que las de Xiao Zhang. A saber, fueron inútiles.
Los taoístas vestidos de azul y los expertos de la Corte Imperial tampoco se marcharon.
Tang Treinta y Seis los miró y dijo: "¿Qué? ¿Realmente está pensando en asesinar al Papa frente a decenas de miles de personas, logrando así causar la situación más estúpida y valiente de todos los tiempos?"
Tales burlas duras y palabras burdas realmente tuvieron algún efecto, porque el objetivo de su crítica era tan claro que todos podían entender.
Innumerables miradas furiosas cayeron sobre los taoístas y los expertos de la Corte Imperial, y esos funcionarios tampoco lograron escapar.
Los oficiales y expertos se retiraron lejos mientras los ballesteros desarmaban sus ballestas para evitar cualquier falta de respeto.
Los taoístas vestidos de azul se alejaron diez zhang, pero no parecían listos para irse.
Chen Changsheng sacó unas pastillas.
Hu Thirty-Two entró en la Fortaleza de los Siete Tesoros para pedir un recipiente con agua.
Xiao Zhang usó este recipiente de agua para beber el puñado de píldoras.
Chen Changsheng vaciló por un momento y luego dijo: "Esas píldoras debían tomarse durante tres días".
Ante estas palabras, el papel sobre el rostro de Xiao Zhang se agitó.
"No hay viento, ¿eso es solo por respirar? Como se espera de un experto de la Proclamación de Liberación, su enojo causa tanta agitación".
Tang Treinta y Seis comentó muy seriamente.
No habría tenido miedo de Xiao Zhang en el pasado, y mucho menos ahora.
Sus tres años de prisión en la vieja finca y el salón ancestral, especialmente ese medio año al final, realmente habían sofocado su voz demasiado ferozmente.
En algún momento, la similitud del joven maestro del clan Tang con Su Li se había extendido por todo el continente. Xiao Zhang sabía que se podía obtener una pequeña ventaja al pelearse con este tipo y decidió ignorarlo. Le dijo a Chen Changsheng: "No espero que venda mi vida al Li Palace".
"Algo como la vida de uno, naturalmente, no se puede vender", coincidió Chen Changsheng.
En el lado, Tang Treinta y Seis dijo: "¿Quién dijo que no se puede vender una vida? ¿Alguna vez has pensado en cómo se gana la vida mi ídolo? ¿Cómo jugué esa mano final en la sala ancestral?"
Chen Changsheng lo miró sin decir nada.
Tang Treinta y Seis agitó su mano, indicando que entendía y dejaría de decir lo que le viniera a la mente.
Chen Changsheng miró al taoísta cercano y dijo: "Ya sea que uno sea culpable o no, todo depende de una sola sentencia del Tribunal Imperial. Puedo perdonar todos los delitos huecos que le acusaron, pero pueden acusarlo de nuevos delitos en cualquier tiempo y mantener s Read more ...