Capítulo 776 - Los últimos tres movimientos, oscuridad y apertura de ojos
Traducido por: Hypersheep325
Editado por: Michyrr
¿Cuál fue el movimiento más fuerte de Chen Changsheng? Lógicamente hablando, era naturalmente el Monolito del Santo Celestial. Ya fuera la piedra negra que había obtenido del retrato de Wang Zhice en el Pabellón Lingyan o las perlas de piedra del Jardín de Zhou que habían estado atadas alrededor de su muñeca durante muchos años, eran los objetos más importantes en el mundo, existencias supremas que fueron absolutamente irremplazables.
Pero los monolitos del Libro celestial eran demasiado profundos, y era simplemente imposible para él comprenderlos completamente en su nivel actual. En circunstancias normales, solo podía usarlos para nutrir su sentido espiritual y no podía usarlos en la batalla. Sin embargo, él todavía había ocultado los Monolitos del Santo Celestial detrás de las tres mil espadas esta noche, lanzándolos hacia el Señor Demonio. Esto fue porque él era muy consciente de que el Señor de los Demonios era la persona en el mundo que más entendía los Monolitos del Libro Celestial, por lo que era muy probable que su mente se conmoviera.
Sacudir su mente era una manera más refinada de hablar. Para decirlo más groseramente, solo quiere darle un susto al Demon Lord.
Solo dándole un susto a Demon Lord sería capaz de ocultar su movimiento final y crear una sorpresa.
Ahora parecía que su plan había tenido éxito.
Los paisajes y la oscuridad que cubrían el rostro del Señor de los Demonios se habían abierto por completo y una herida extremadamente fina y clara había aparecido entre sus ojos, de los que ahora manaba sangre.
La sangre del Señor Demonio naturalmente no era roja, pero sorprendentemente tampoco era verde. Fue oro.
Al ver el rostro del Señor de los Demonios cubierto de sangre dorada, Chen Changsheng de repente pensó en una cara en la pared de piedra del Gran Salón de la Luz.
Esa había sido la cara de un dios celestial, y también un dios demonio.
Una voz extremadamente cruel se elevó, haciendo eco a través de las cadenas montañosas y resonando gradualmente entre los cielos y la tierra.
Los aulladores vientos entre las montañas y la nieve que todavía resuena por el costado del solitario y distante pico se volvieron aún más aterradoras, cruzando la abertura de la cordillera y destrozando innumerables linternas a varias docenas de li en Gaoyang Village.
El Señor de los Demonios miró a Chen Changsheng a los ojos y dijo: "Incluso si Su Li estuviera aquí él mismo, no podría matarme con un solo corte, y esto no es más que un intento de espada que dejó atrás".
Mientras hablaba, no se podía ver ninguna emoción en su rostro. Era anormalmente indiferente, impregnado de una solemnidad inigualable y una divinidad absoluta.
Entonces, de repente comenzó a reírse, revelando su boca llena de dientes blancos y puros.
Mientras se reía, este rostro divino parecía ganar las emociones de un ser vivo, no emociones de paz, sino emociones primarias, bárbaras y aterradoras.
Chen Changsheng miró los dientes blancos del Señor Demoníaco, su cuerpo frío. Desde que salió de Xining Village y se fue a la capital, hasta esta noche, su mayor ansiedad había surgido de la influencia de su verdadera sangre, pero en realidad, en los últimos años, la única persona que realmente declaró la intención de beber su sangre y comiendo su carne ... había sido el Señor de los Demonios. Este era ahora su segundo intento.
Un poder inimaginablemente grandioso había aplastado la última intención de espada que Su Li había dejado en este mundo.
Esa fuerza imbuida de ese primitivo y caótico Qi no desapareció, sino que viajó por el camino creado por la intención de la espada ahora desaparecida hacia Chen Changsheng.
Innumerables impactos diminutos resonaban casi simultáneamente, como un bosque en pleno verano que sufre un repentino escalofrío, causando innumerables insectos que caen sobre la dura tierra.
Los huesos del brazo de Chen Changsheng se rompieron instantáneamente en varios cientos de fragmentos, después de lo cual los omóplatos y el esternón también comenzaron a agrietarse, al igual que el lecho del lago seco en el que se encontraba actualmente.
Un chorro de sangre salió de su boca y golpeó la cara del Señor de los Demonios.
La sangre dorada fue diluida por el rojo y esos paisajes rotos parecían entrar en el crepúsculo, la puesta de sol proyectaba su resplandor sobre innumerables cadáveres empapados en sangre.
Viajando en la dirección exactamente opuesta a esa sang Read more ...