Capítulo 722 - La Avenida de la Sangre (III)
Traducido por: Hypersheep325
Editado por: Michyrr
(TN: Way of Choices estará de vacaciones desde el 25 de diciembre de 2017 hasta el 7 de enero de 2018)
Las bestias que habían sido heridas hasta el punto de la muerte emitían aullidos extraños y bajos porque querían mantener sus voces en la garganta el mayor tiempo posible, sin querer que nadie más escuchara su debilidad. Sin embargo, después de que le cortaran el muslo y se derrumbara frente a la puerta de Xue Estate, Zhou Tong finalmente pudo contenerlo por más tiempo y soltó un terrible aullido de sufrimiento.
Este miserable aullido oscureció a la joven dama del grito de alarma del clan Xue, pero aún era tan claro como para ser escuchado por todos los presentes.
La joven se sintió aún más eufórica, y el mayordomo del clan Xue estaba tan emocionado que todo su cuerpo tembló.
Sin embargo, Madame Xue, la persona que razonablemente se esperaba que tuviera la mayor reacción, aún podía mantenerla calmada, mirando en silencio a la figura derrumbada de Zhou Tong en la nieve.
Era muy tranquilo frente a la finca Xue, el único sonido era el pesado jadeo de Zhou Tong para respirar.
Después de un tiempo, Zhou Tong se arrastró desde la nieve y continuó caminando por la calle, dejando atrás algunas manchas de sangre.
Mo Yu caminó frente a los escalones de piedra y se volvió para saludar a Madam Xue.
En los últimos años, ella y Xue Xingchuan habían sido las dos figuras más populares de la corte de Tianhai, por lo que los dos habían interactuado antes.
Madame Xue se inclinó muy seria ante ella, diciendo: "Gracias".
Mo Yu no dijo nada, solo asintió con la cabeza antes de seguir a Zhou Tong.
Madame Xue contempló el cálido cielo rojo, aunque también sombrío, pensando en ese día. Ella silenciosamente dio gracias a Chen Changsheng, donde sea que estuviera.
Con el final del gobierno de Tianhai, su marido se había transformado de un ministro leal de la Gran Dinastía Zhou en un traidor, mientras que Zhou Tong, que era claramente un traidor, se había convertido en un valioso ministro de la Gran Dinastía Zhou.
No había duda de que esto era injusto, pero en este mundo en el que nadie se atrevía a rendir homenaje a un traidor, ¿quién exigiría justicia para uno?
Ese día en la Academia Ortodoxa, ella había dicho que odiaba que Zhou Tong no estuviera muerto. Realmente odiaba este hecho, odiaba hasta que se desesperó, un odio que le aburría los huesos.
En ese momento, Chen Changsheng no había dicho nada ni hecho ningún intento de consolarse, solo la miraba en silencio.
Cuando la envió fuera de la Academia Ortodoxa, él le había pedido que no saliera de la capital.
Esta fue una promesa.
Mataría a Zhou Tong y la dejaría presenciarlo.
Entonces Madame Xue no había regresado a su ciudad natal, sino que se había quedado en la capital.
Ella quería presenciar personalmente esta vista.
Ahora, ella finalmente lo había visto.
Desde el momento en que Xue Xingchuan fue envenenado hasta la muerte, a la exposición de su cadáver, a su funeral, muy rara vez derramó lágrimas.
Pero ahora, dos corrientes de lágrimas calientes, incluso escalofriantes, corrían por su rostro.
Echó una última mirada a Zhou Tong, que se levantaba desesperadamente de la nieve en un forcejeo para vivir, luego le ordenó a su mayordomo: "Cierra la puerta".
La joven estaba algo sorprendida. Se agarró al brazo de su madre y dijo sin querer: "Madre, todavía quiero mirar. No he buscado lo suficiente".
Para ver a un enemigo insufriblemente arrogante y extraordinariamente poderoso, incluso invencible transformado en un perro callejero derrotado negro y azul, cualquiera querría mirar, y cualquiera nunca podría ver lo suficiente.
"Suficiente."
Madam Xue no sabía si estaba hablando sobre este asunto o hablando con su hija, pero regresó dentro de la finca a pesar de todo.
La puerta se cerró lentamente, bloqueando muchos asuntos y recuerdos afuera.
......
......
El Camino de la Paz estaba cubierto de nieve, la nieve estaba cubierta de sangre.
Más y más sangre goteaba por el cuerpo de Zhou Tong, incluso haciendo que el veneno se diluyera mucho, permitiendo que la sangre recuperara algo de su tono rojizo.
Más y más heridas aparecieron en el cuerpo de Zhou Tong, un mosaico denso entrecruzando su miserable yo.
Estas heridas se habían realizado con un cuidado exquisito, lo suficientemente profundo y colocado en los lugares adecuados para causar el máximo dolor, pero no Read more ...