Capítulo 696 - Un gran personaje
Traducido por: Hypersheep325
Editado por: Michyrr
Los maestros y estudiantes de la Academia Ortodoxa enviaron a Chen Changsheng con los ojos mientras caminaba hacia la puerta. La expresión en sus ojos era muy compleja, sus estados de ánimo muy triste.
Las discípulas del Templo de South Stream lo estaban esperando en la puerta.
Chen Changsheng indicó que estas mujeres no necesitaban seguirlo y se fueron.
"Esta es la orden del maestro del templo", dijo Ye Xiaolian airadamente detrás de él.
Chen Changsheng sabía que sería muy difícil convencer a estas chicas, por lo que le dijo al sacerdote Xin que había venido a darle la bienvenida fuera de la academia, "por favor".
El sacerdote Xin suspiró y agitó las manos, ordenando a los sacerdotes de la Oficina de Educación Eclesiástica y la caballería ortodoxa que avanzaran y rodeasen la Academia Ortodoxa. Naturalmente, también bloquearon a los discípulos del Templo de South Stream en su interior.
Chen Changsheng regresó a la Academia Ortodoxa y silenciosamente se despidió.
Habían pasado tres años y medio desde ese día de primavera.
No sabía cuándo los vería, las hiedras y las personas dentro de la Academia Ortodoxa.
Escribió cuatro cartas y se las pasó a Su Moyu, tal como lo hizo Su Li, comunicando claramente todo lo que quería comunicar.
El frío que venía del pozo del New North Bridge era cada vez más frío. Solo se necesitaron dos años para que el pequeño Dragón Negro pudiera escapar.
Ya no tenía deudas con este mundo, no tenía que cargar con sus hombros, por lo que podía avanzar libremente.
Mientras observaba cómo la espalda de Chen Changsheng desaparecía en Hundred Flowers Lane, Priest Xin sintió una compleja variedad de emociones.
Las noticias de que Chen Changsheng había abandonado la Academia Ortodoxa no tardaron en extenderse a toda la capital.
En los últimos días de finales de otoño, Zhou Tong no estaba a menudo en el Palacio Imperial. En cambio, estaba en las oficinas recientemente renovadas del Departamento de Depuración de Oficiales, supervisando asuntos.
Cuando se entregó esta noticia al callejón del Departamento Militar del Norte, estaba sentado en un sillón de palacio, flamante y trabajado hasta que parecía viejo, y tomando té.
El té que bebía era el Gran Vestido Carmesí, que aún era el más caro, y su atuendo era todavía la túnica de gran funcionario carmesí que parecía emitir el hedor de la sangre.
Su rostro estaba muy pálido, sus ojos tan apáticos que parecían totalmente desprovistos de emoción humana. Se parecía más a un fantasma feroz.
"Haga los preparativos para recibir a un invitado de honor".
Colocó suavemente su taza de té sobre la mesa y con calma ordenó a sus subordinados en el patio.
Los oficiales recibieron la orden y comenzaron a apresurarse a toda prisa. La atmósfera tanto dentro como fuera de la prisión de Zhou se volvió particularmente severa y opresiva.
En una calle distante, un hombre que exudaba un Qi frío y sombrío similar al hierro miró hacia el cielo al escuchar esta noticia.
El cielo se oscurecía más y más, no por el paso del tiempo, sino porque las nubes se amontonaban cada vez más. Ya no era la temporada de clima fresco de otoño. Parecía que estaba a punto de nevar.
No mucho después, el informe más reciente fue enviado rápidamente al callejón del Departamento Militar del Norte: Chen Changsheng había ingresado al Palacio Li.
En el pequeño patio, aquellos subordinados más leales y poderosos se volvieron hacia el sillón de palacio, pensando para sí mismos, ¿podría Su Excelencia haber pensado demasiado?
La Corte Imperial había desplegado tantas fuerzas, ¿incluso una persona como Chen Changsheng se atrevería a invadir la prisión de Zhou?
"Ir al Li Palace no significa que no irá a otro lugar más tarde".
Zhou Tong miró la tetera de arcilla roja en sus manos como si fuera algo muerto e indiferente dijo: "Esperemos a que salga".
......
......
Las cuatro estaciones no existían en la parte más profunda del Palacio Li, por lo que naturalmente no había frío en el invierno, ni había ninguna señal de que la nieve estuviera a punto de caer en ese pedazo de cielo cortado por los aleros.
Al igual que la Hoja Verde, que todavía estaba llena de vida, tierna y verde. Sus hojas se balanceaban en el chorrito de agua clara, mostrando su hermoso tallo.
No se veía ninguna señal de enfermedad en el rostro del Papa, pero sus arrugas se habían profundizado y aumentado en número. Pare Read more ...