Capítulo 1071 - El Jefe del Gran Clan que ha aparecido
Traducido por: Hypersheep325
Editado por: Michyrr
Nadie estaba dispuesto a comer heces, ni heces de perro, heces de caballo ni ningún otro tipo de heces.
Y estos príncipes del clan Chen acababan de regresar a la capital y ascendían a la cumbre de la existencia humana. ¿Cuál de ellos felizmente volvería a comer heces?
El Príncipe de Zhongshan no estaba feliz, ni el Príncipe de Luling. Incluso ese absoluto bueno para nada, el Príncipe de Louyang probablemente tampoco era feliz.
Pero Wang Po había venido a la capital y no podían hacer nada al respecto. Esto era lo que significaba comer heces.
La única excepción fue si el Príncipe de Xiang se presentó personalmente.
El problema era que todos sabían por qué el príncipe Chen Liu había ido a Luoyang, y también sabían por qué la propiedad del Príncipe de Xiang estaba tan tranquila hoy.
Cuando pensó en lo que pasó esa noche, el rostro del Príncipe de Zhongshan se volvió aún más desagradable cuando maldijo fríamente, "Verdaderamente una manada ambiciosa de lobos, ¡una avaricia que nunca podrá ser satisfecha!"
Incluso si el Príncipe de Xiang apareciera, el asunto no estaba garantizado para resolverse.
Wang Po era el más afilado de las espadas.
Detrás de él estaban Scholartree Manor, Mount Li, Holy Maiden Peak y las varias docenas de otras sectas y clanes nobles del sur.
Esta fue una movilización demasiado grande, demasiado sorprendente. Sorprendió a la capital y atemorizó al mundo.
El Palacio Li permaneció en silencio ante los arreglos de Xu Yourong, al igual que el Palacio Imperial.
Los dos hermanos marciales que eran el Emperador y el Papa no dijeron nada en absoluto, pero esto no significaba que no harían nada.
Si Shang Xingzhou no reaccionaba, si la respuesta de la Corte Imperial y estos príncipes era un poco débil, estos hermanos marciales podrían tomar prestadas las olas masivas, impulsadas por los poderes de movilización y audacia de Xu Yourong, para eliminar la autoridad del príncipes y esos divinos Generales, alterando por completo la estructura de la Corte Imperial.
Solo si Shang Xingzhou regresaba de inmediato a la capital existía la posibilidad de detener esta ola, ya que solo él tenía suficiente prestigio y capacidad.
O bien los príncipes del clan Chen tendrían que convocar a las tropas de vuelta a la capital para protegerse.
En las interminables llamas de la guerra, nadie podría saber cuál sería el resultado final.
Esto también fue lo que desconcertó al Príncipe de Luling y al divino General Xiaoling.
¿Por qué Xu Yourong estaba haciendo esto?
En su calidad de Santa Doncella, ¿realmente esperaba ver el caos de la guerra, la gente vagando sin rumbo fijo por la tierra y el hermoso futuro de la raza humana en llamas?
El Príncipe de Zhongshan echó un vistazo al cielo mientras escuchaba los gritos de los gansos en la distancia. Un destello de luz brilló en sus ojos ligeramente entrecerrados.
Había revisado todo el asunto dos veces en su mente y finalmente obtuvo una conclusión.
Parecía la conclusión verdadera, pero era tan simple que apenas podía creerlo.
¿Estaba Xu Yourong haciendo todas estas cosas solo para obligar al venerable Daoísta a regresar a la capital?
Pero si el venerable taoísta realmente regresó, ¿qué podría hacer?
No importaba cuántos expertos del sur estuvieran presentes, cuán profundos eran los recursos de la Ortodoxia y cuán formidable era el poder de Wang Po, o cuán indescriptiblemente exquisita era la armoniosa y artística espada de Chen Changsheng ...
¿Podrían realmente matar al venerable Daoísta?
......
......
Mucha gente no podía entender el objetivo de Xu Yourong al hacer todas estas cosas.
Tampoco podían entender cómo podía ordenar que tantas sectas y clanes nobles clanes vinieran a la capital.
Su estado en el sur era naturalmente de una gran estima y tenía un gran prestigio.
Pero este fue realmente un evento importante, uno que podría invitar a una masacre.
Los sacerdotes que dirigían a los expertos del sur y sus discípulos a sus respectivas salas también estaban preocupados por estas preguntas, pero no se atrevían a expresarlas.
Con la excusa del Gran Examen, las sectas y los clanes del sur habían enviado a más de dos mil personas a la capital. Tantas personas naturalmente no podían alojarse en posadas, por lo que se dispuso que permanecieran en el Palacio Li, las Academias Ivy y todas las iglesias taoístas, grandes y pequeñas, dentro de la capital. Chen C Read more ...