Capítulo 1017 - He venido a mi ciudad
Traducido por: Hypersheep325
Editado por: Michyrr
En la distancia estaba el mar.
En el mar había un barco.
El Segundo Príncipe del Gran Continente Occidental se encontraba en la proa del barco, con la ropa a la deriva en el viento y las cejas fruncidas en sus pensamientos.
Mu Jiushi se sentó en una cabaña, de vez en cuando volteando la cabeza para ver de dónde venían, tristeza en su rostro.
......
......
Para una pequeña corriente, el Río Rojo era extremadamente ancho, mientras que el mar era incomparable.
Pero a medida que la corriente fluía desde las montañas Starfall hasta White Emperor City, se convirtió en el Río Rojo.
Desde el muelle hasta las calles, la plaza y el prado del Pabellón Heavensguard, la gente se postraba como una marea.
El Emperador Blanco había regresado a la Ciudad del Emperador Blanco.
No había regresado directamente a la Ciudad Imperial, pero había decidido tomar un bote.
El camino desde la orilla hasta la Ciudad Imperial era amplio y abierto.
Lentamente pasó junto al populacho arrodillado, con las manos a la espalda y sin impaciencia en su rostro. Era como si quisiera ver si algo había cambiado sobre su ciudad en los últimos años.
Mientras paseaba tranquilamente por White Emperor City, los ministros que seguían siendo leales a Madame Mu o bien se suicidaban o bien eran decapitados por sus parientes.
Después de algunos conflictos intensos, la elite de la Guardia de la Bestia del Río Rojo también se arrodilló frente a la Ciudad Imperial, con la parte inferior de las piernas cubiertas con la sangre de sus camaradas una vez más cercanos.
No había nada que pudiera considerarse una verdadera batalla, y la situación se pacificó aún más rápido de lo que tardó en extenderse el orden de la rendición.
Sin una palabra de él, todo se resolvió.
Porque esta siempre había sido su ciudad.
Cada calle de esta ciudad, cada piedra vieja y moteada de sus paredes, todavía contenía su Qi.
Este Qi ahora estaba regresando a su cuerpo.
Su cuerpo se hizo cada vez más grande, su Qi cada vez más poderoso.
Los masivos Jings en el río zumbaban, expresando su servidumbre y bienvenida.
Los buitres negros en las altas torres enterraron sus cabezas en sus alas, sus cuerpos temblando de miedo.
Siempre había sido la existencia más fuerte del mundo, y el Qi que silenciosamente exudaba tenía un aura de tiranía inigualable.
Toda la Ciudad del Emperador Blanco, todos los seres vivientes dentro y fuera de sus muros, solo podía temblar de miedo por este aura, sin atreverse a hacer un solo ruido.
Frente a la Ciudad Imperial, finalmente apareció una figura que no estaba arrodillada.
Esta figura siempre ha sido gigantesca, como una montaña.
El líder del clan Xiang estaba de pie frente a la puerta. Mientras miraba al Emperador Blanco, las emociones en sus ojos eran algo complejas.
Era el Anciano Jefe del Consejo de Ancianos, y su clan Xiang era el clan más grande de la raza Demi-humana. Él mismo era el experto semihumano más fuerte fuera de la pareja del Emperador Blanco.
Ahora era evidente que debía haber participado en el plan de Madam Mu de encarcelar al Emperador Blanco herido, un verdadero traidor.
En todos los aspectos, tenía el derecho de no arrodillarse, una razón para no arrodillarse.
El Emperador Blanco se acercó al líder del clan Xiang.
El líder del clan Xiang miró la cara un tanto delgada del Emperador Blanco y su expresión cambió sutilmente. Él abrió la boca, listo para decir algo.
El Emperador Blanco inclinó su cuerpo hacia adelante como si quisiera verlo más claramente.
Esta acción extremadamente simple tuvo un impulso imparable.
Si el líder del clan Xiang era una montaña, el Emperador Blanco era el pico nevado más alto del mundo.
Su cuerpo inclinado hacia adelante era este pico que avanzaba.
Miró al líder del clan Xiang.
Como un dios mirando por encima de una montaña nevada.
No había emoción en sus ojos, solo una vasta llanura blanca de nieve.
El viajero en la nieve gradualmente se fue alejando, al igual que todos los recuerdos del pasado, la bondad y la compasión. Solo quedaron la apatía y el frío amargo.
Un rayo iluminó la nieve, brilló sobre la figura del viajero.
Era un rayo de luz que pasaba junto a esos crueles y negros alumnos.
Era una mano que descendía del cielo.
La mirada en los ojos del líder del clan Xiang cambió de repente. Con un rugido, echó las ma Read more ...