Capítulo 18: ¡Miles no pueden pasar!
Traducido por: Chua
Editado por: I y Elkassar
Una vez que Cuaron recuperó su equilibrio por la fuerza, el portador de este hacha gemela gigante se destacó. La pared de la cabina ya hecha añicos se hizo añicos, era un hombre enorme con un pañuelo negro en la cabeza. Alcanzando al menos 2.2 metros de altura, sus dos manos llevaban guantes de corteza negra. Una cicatriz cosida distinta claramente colgaba de su piel desnuda, y lo que era extraño que los puntos de metal manchados de sangre de 10 cm de largo se extendían desde la periferia de su cuerpo. ¡Parecía como si un parásito viviera en su cuerpo, causando que estos clavos de metal se salieran de su piel!
Este hombre gigantesco dejó escapar un rugido bestial, arrastrando su arma aterradora mientras cargaba contra los piratas. Parecía que su cuerpo era el escudo, mientras que estas armas terroríficas eran los verdaderos objetos que estaba protegiendo. Un mal olor emitido por su cuerpo, el tipo de olor que produciría un cadáver podrido hervido, causando una reacción nauseabunda. Un pirata experimentado y viejo atemorizado gritó:
'' ¡Demonios muertos! ¡Es el novato decadente del culto vudú! ''
El culto vudú fue el culto malvado más infame de los Piratas del Caribe. Barbanegra era hábil en tal brujería negra, en Pirates of the Caribbean 4, sus miembros principales fueron revividos como muertos vivientes. El no muerto en decadencia era otra existencia extremadamente siniestra, se creó con los órganos más fuertes y las partes del cuerpo de los cadáveres muertos, uniéndose para formar este monstruo. Una vez creado, no viviría mucho tiempo en esta tierra, sin embargo, mientras vivió no conocía el dolor ni la fatiga. Bajo el control de un hechicero vudú que utilizaba varias traicioneras magias para infundir en él, una vez que aparecía, comenzaría una campaña de sangre y muerte.
Otras dos personas aparecieron detrás de los muertos vivientes en decadencia, el primero era un anciano negro cuyo pelo y barba cortados en cepillo se habían vuelto blancos. Un paño rojo le rodeaba la cintura como un cinturón, en su rostro había dos serpientes enroscadas dibujadas con polvo blanco. Su patrón de caminar era peculiar, avanzando mientras estaba medio sentado, parecía extremadamente extraño e inestable. A su lado había un joven robusto que llevaba un pañuelo gris ceniza, y su rostro rebosaba vitalidad. Respirando pesadamente, se sujetó a una espada curva excéntrica, él es el Capitán Guatas de la nave principal bajo Fernández. De repente, desde los otros pasillos, una gran cantidad de marineros totalmente equipados les cargaron rugiendo en voz alta con las armas alzadas.
Esta fue obviamente una trampa meticulosamente ideada.
El mercader Fernández había predicho hacía tiempo que los piratas los involucrarían en una batalla cerrada, porque ningún pirata codicioso hundiría tontamente ningún barco sin saquearlo primero. Por lo tanto, él había preparado algunos venenosos hechiceros de arco de la secta vudú para establecer estas trampas en el barco mercante, ¡estableciendo contramedidas contra cualquier agresor! En cambio, Ammand sintió el peligro, pero no en riesgo, porque antes, cuando luchaba para entrar, había limpiado detalladamente a todos los enemigos en su camino. Por lo tanto, su ruta de retirada era clara y podía darse la vuelta fácilmente y regresar a la campana y la jarra.
Además de que Ammand era un futuro Señor del Pirata, una vez de vuelta en su propio mazo y después de ordenar a sus hombres que cortaran las cuerdas, Ammand sería capaz de comandar el flexible Campana y la Jarra para zarpar rápidamente con sus capacidades de capitán incomparablemente decisivas. Este pesado barco mercante semi naufragado no tendría ninguna posibilidad de perseguirlos. Cuando eso sucedió, separados por el vasto mar, sin importar cuán fuertes fueran los muertos vivientes en decadencia y cuán elitistas fueran los mercenarios, ¡se volverían impotentes y se morirían!
'' ¡Retirada! '' Ammand ordenó decisivamente. Como dice el proverbio, las tropas derrotadas son como un deslizamiento de tierra, aunque los piratas tenían bastante experiencia en escapar, algunos aún estaban gravemente heridos puesto que el precio que pagaban seguía siendo aceptable. Cuando Ammand salió a la cubierta, inmediatamente notó que 3 botes salvavidas estaban apoyados contra la Campana y la Jarra, ¡y los soldados de la flota de Paragon español eran como hormigas enjambrando! Sintió un frío helado envolviendo su cuerpo, la trampa del enemigo era tan cruel, planeando de antemano cortarle la ruta de escape.
''¡No está bien! Necesito regresar inmediatamente a la Campana y la Jarra, ¡una vez que los españoles capt Read more ...